Tú que me estás leyendo tienes problemas.

Lo sé.

Y no porque leí tu muro o le pregunté a tus amigos sino porque todos tenemos problemas, especialmente cuando estamos creciendo.

Eso no quiere decir que tus problemas no son importantes o no deberías preocuparte por ellos.

Pero mi mensaje es el siguiente: enfócate en el largo plazo.

Enfócate en el largo plazo

Lo que sea que te esté preocupando, molestando o frustrando no te importará dentro de cinco años.

¿Por qué seguir pensando en ello día tras día?

Olvídate, déjalo pasar.

Cuando ves la gran figura, cuando ves tu vida desde lo alto, cuando te enfocas en el largo plazo esto que te molesta y frustra no tiene mayor relevancia y menos lo tendrá en el futuro.

Y lo que sí tiene importancia, lee lentamente:

T i e n e – s o l u c i ó n

Decide darle solución.

No será fácil y no tomará un día, una semana o un mes. Lo más probable es que sea difícil y te tome dos, tres, cuatro, cinco meses o incluso uno, dos o tres años.

Pero, ¿valdrá la pena poner el esfuerzo?

Sí.

Para poder hacerlo, sin embargo, debes enfocarte en el largo plazo.

Por ejemplo:

¿No te alcanza el dinero?

Aprende a negociar tu sueldo, realiza servicios como profesional independiente, pon tu propio negocio.

¿No te sientes cómodo(a) con tu peso?

Sal a correr, trotar, caminar, nadar o patinar. Sal tres veces por semana cuarenta minutos cada vez. Desayuna ensalada, agrégale una porción doble de ensalada a tu almuerzo.

Ninguno lograrás de la noche a la mañana, pero si te enfocas en el largo plazo, hoy podrás realizar el primer paso y verás los problemas del camino como simples peldaños.

Prueba desarrollar aún más tu mente:

Lee un libro, asiste a un seminario (ingresa a nelsonportugal.com/seminario si quieres ver los detalles del último seminario que organizaré yo este año).

Asiste a reuniones donde se hablen de estos temas, invita a almorzar a alguien que le vaya mejor que a ti.

Haz cualquier cosa que te ayude a expandir tu mente o, mejor aún, hazlas todas – empieza por una.

Solo así te darás cuenta que todos los problemas que son importantes en tu vida tienen solución y que aquellos que no son importantes, debes dejarlos ir.

Lo más importante de todo, aprenderás a diferenciar los unos de los otros.

Verás que la solución está en tus manos, en tu esfuerzo y en tu mente.

Y si no está en tu mente siempre puedes pedir, comprar o contratar los conocimientos y habilidades de otros para resolver aquellos problemas.

¿O es que acaso prefieres quejarte y culpar a otros por el resto de tu vida?

No. Tú no eres ese tipo de personas.

Tú eres de los que se comprometen, de los que aceptan que no saben y aprenden, de los desafían las posibilidades, de los que se toman el tiempo para desarrollar nuevas habilidades.

Tú eres de los que se enfocan en el largo plazo.