Nelson Portugal

Qué hacer cuando las cosas se ponen difíciles

«Estimado Profesor,

Le escribo la presente para solicitarle que me de la oportunidad de entregar un trabajo adicional cuya nota sustituya el trabajo que no realicé en las primeras semanas del curso»

Ése era yo hace algunos años tratando de persuadir a mi profesor de comunicación que me ayudara a mejorar mi promedio de forma que no necesite sacar 17 en mi examen final para aprobar el curso.

No me gustaba redactar ni escribir textos largos y mucho menos me hubiera gustado tener que llevar el curso nuevamente.

«No»

Ése era mi profesor rechazando mi propuesta.

Qué hacer cuando las cosas se ponen difíciles

Mi única oportunidad (sencilla) de aprobar el curso había sido rechazada.

Ahora debía estudiar realmente y sacar – por lo menos – 17 en el examen final redactando un texto congruente (lo cual se me hacía muy difícil).

Recuerdo que estudié, redacté varios textos de prueba durante 8 horas seguidas y aprendí la lista de conectores y sus diferentes usos.

…mi profesor me había dicho que para dominar el lenguaje debíamos dominar las transiciones (los conectores. Por ejemplo: «por un lado; por otro lado» y similares)

No quería hacerlo, pero debía hacerlo y como no tenía otra opción, lo hice. Mirando hacia atrás, qué bien que lo hice.

Estudié, aprendí, saqué 17.5, aprobé el curso y, lo más importante, desarrollé una habilidad que uso diariamente – y no hubiera desarrollado si no hubiera necesitado sacar 17 en mi examen final: la habilidad de comunicar mis ideas a través de textos entretenidos y a la vez educativos.

Al igual que en la mía, en algunos momentos de tu vida tendrás frente a ti una actividad que no disfrutas hacer, que te
haga sentir miedo, que te confunda o simplemente no quieras realizar.

En ese momento recuerda que este proceso (de dolor, de incomodidad, de resistencia) por el que estás pasando está sirviendo como parte importante de tu preparación para lo que está por venir.

Tal vez ahora no lo entiendas, no se te haga sencillo y quieras – metafóricamente «hablando» – escribirle a tu profesor para que lo haga más fácil de cumplir.

Pero…

No lo hagas, no busques que sea mas sencillo. Mejor, enfócate en mejorar tú. En volverte mejor. En crecer, en desarrollarte. Aún cuando no sepas para qué te servirá en el futuro.

Ya lo dijo Steve Jobs en el discurso de graduación que le dio a una promoción de la universidad de Stanford: «es difícil conectar los puntos hacia adelante, pero viendo hacia atrás, todo tiene sentido».

Busquemos, entonces, en ser mejores y no en que las «cosas» sean más sencillas.

Gracias profesor, donde quiera que estés, por esta lección que permanecía oculta entre mis clases de los primeros ciclos de la universidad.

Gracias por evitar que tome el camino más sencillo. Gracias por permitirme crecer.