Hoy fue un buen día porque, por más simple que parezca, desperté con vida.
Verás, ayer – como cada noche – fui a dormir deseando tener la oportunidad de estar durante, al menos, un día más en esta tierra.
No lo exigí, tampoco lo di por hecho.
Fue un deseo, un pedido – tal vez – y cuando se me es concedido (como hoy), sonrío.
Soy genuinamente feliz… por estar con vida, un día más.
(Sé que un día no será así).
Hoy es un buen día
Yo sé que existen problemas, retos, dificultades y – ciertamente – dolores en nuestra vida.
Yo los tengo y sé que tú también.
Pero, ¿sabes qué?
También sé que la vida es un regalo, una bendición, una fortuna que (mientras la tengamos) debemos apreciar – pese a todo lo anterior.
Y es que cuando lo hacemos, cuando apreciamos más allá de lo que nuestros ojos pueden ver, nuestra mente creer y nuestras emociones sentir podemos (finalmente) conectarnos con la esencia de nuestro espíritu.
…con quien realmente somos (aquello que es eterno):
Amor, agradecimiento, perdón, entendimiento, alegría, libertad, coraje y determinación en su máximo esplendor.
–
Tú estás con vida, amigo(a) mío(a).
Por momentos podría no parecer que es suficiente, especialmente porque queremos lograr más en esta vida.
Paradójicamente, es cuando empezamos a querer quien ya somos (y tenemos) cuando somos capaces de tener aquello que más queremos (y aún no tenemos).
Apreciemos este preciso instante más seguido.
Creo que valdrá la pena hacerlo – mientras tengamos la dicha de estar aquí, un día a la vez, en esta tierra.