Aquí les dejo dos consejos a aquellas personas que son padres o madres (léanlo también quienes algún día lo serán):
Las dos preguntas que cambiarán el futuro de tus hijos(as)
1. No le preguntes a tu hijo(a) «¿qué quieres estudiar?», pregúntale «¿qué quieres aprender?».
La primera pregunta le limitará las opciones a lo establecido como «correcto», «seguro» o lo que otras personas le dijeron que «debería» saber.
Últimamente, esto hará que siga una carrera que no le gusta, que acepte un trabajo porque «tiene» que hacerlo y vivirá atado a lo que otros preparen para él o ella.
La segunda pregunta, sin embargo, le permitirá utilizar sus propios intereses y sus propias motivaciones.
Ello hará que se sienta libre, seguro(a) y despertarás en él – o ella – la curiosidad que mantendrá vivo su interés por seguir creciendo como persona y como profesional.
2. No le preguntes a tu hijo(a) «¿qué quieres ser cuando seas grande?», pregúntale «¿qué problema te gustaría ver resuelto en el mundo?»
Pregúntale «¿qué crees que se podría hacer mejor en tu colegio, en tu ciudad, en tu país, en tu mundo?» y «qué te gustaría hacer a ti para contribuir a ese cambio?»
Preguntarle qué quiere ser cuando sea grande hará que trate de ser como alguien más, que crea que no es suficiente como es hoy.
Además, limitará sus acciones a lo que quienes estuvieron antes que él – o ella – lograron. Créeme, no quieres limitarlo de esa forma.
Preguntarle qué problema quiere ver resuelto o qué cambio quiere ver en la humanidad, hará que busque respuestas que aún nadie ha conseguido.
Hará que se convierta en el tipo de persona que ve más allá que quienes estuvieron antes que él – o ella – y harás que su pasión por crear soluciones, en lugar de quejarse acerca de los problemas, aumente.
Y, déjame decirte, tu hijo(a) será una persona que no se detendrá en la vida porque sabrá que está aquí en el mundo para crear un cambio, para ser el cambio.