Lo único que necesitas para ser (realmente) feliz
La mayoría de nosotros hemos olvidado que todo – absolutamente todo – lo que necesitamos para ser felices ya está dentro (y alrededor) de nosotros.
Ciegamente creemos que será un mayor sueldo el que solucionará nuestros problemas, que un mejor auto reducirá nuestro nivel de estrés, un negocio propio nos dará la libertad que buscamos y/o un cambio externo nos ayudará a sentirnos mejor internamente.
Lo que no vemos/sabemos es que la felicidad jamás será encontrada en el futuro (en lo que suceda en él) porque solo está en un lugar: en el presente.
Lo único que necesitas para ser (realmente) feliz
En el reconocimiento, la apreciación y el agradecimiento de aquello que ya tenemos en este instante de nuestra vida, de aquello que ya nos rodea mientras leemos estas líneas.
Me refiero a la fortuna de tener a una persona que amamos con vida, los recuerdos (y lecciones) de experiencias que disfrutamos con quienes nos acompañaron, la bendición de tener nuestro corazón latiendo en este momento, la indescriptible sensación de deseo por seguir creciendo, la simple – y sin embargo asombrosamente enriquecedora – capacidad de sonreír, simplemente eso: sonreír (pruébalo ahora, ve cómo se siente).
No es fácil verlo/notarlo/apreciarlo en el día a día – lo sé.
También sé que, pese a ello, es importante que lo veamos más seguido, que lo notemos más seguido, que lo apreciemos más seguido – especialmente tú, que me lees.
Verás, es necesario que especialmente tú reconozcas la belleza que te rodea en este instante porque sé que tienes grandes ambiciones en la vida y tengo la plena seguridad que lograrás conseguirlas.
Mi mayor temor, siendo completamente transparente contigo, es que no te des cuenta (no notes, no aprecies) cuando lo hayas hecho y vivas una vida persiguiendo en el exterior aquello que ya tienes (siempre tuviste) en el interior.
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Ten siembre el hambre/deseo/ambición/ de crecer: de lograr más, de tener más, de compartir más, de ayudar más, de crear más.
Solo recuerda, querido(a) amigo(a), tener también la sabiduría de apreciar más, de amar más, de reconocer más, de agradecer más, de disfrutar más – empezando por hoy.