Estas son ocho mentiras que has tomado como ciertas y te están costando dinero, tiempo y energía todos los años.
Junto a ellas te doy mis recomendaciones personales para evitar que te afecten y, por el contrario, te sirvan.
Léelas, aplícalas y compártelas.
Ocho mentiras que has tomado como ciertas (y están deteriorando tu vida)
1. El conocimiento es poder.
Por años el sistema educativo ha promovido y evaluado la adquisición de conocimiento.
El conocimiento hoy en día, sin embargo, se ha democratizado a través de la tecnología y la mayoría de nosotros puede acceder a él a través de nuestros teléfonos celulares.
Lo que hoy determina los resultados de una persona es la organización de los conocimientos (pensamiento estratégico), la aplicación de los mismos (ejecución ágil) y la flexibilidad para realizar los cambios necesarios (evaluación constante) para lograr el objetivo.
Por eso, lo mejor que puedes hacer es limitar la cantidad de tiempo que inviertes consumiendo información y expandir la cantidad de tiempo que le dedicas a pensar estratégicamente, ejecutar ágilmente y evaluar los resultados.
2. El tiempo lo cura todo.
Hay esta idea alrededor de los problemas que nos hace creer que el tiempo es lo que soluciona nuestros problemas, nada podría estar más lejos de la realidad.
La verdad es que el tiempo hace que aquello que nos importaba nos deje de importar, lo cual nos genera la ilusión que está solucionado o «curado», pero no lo está.
Estaría bien dejar que esto ocurra en algunas situaciones, pero la pregunta sería: ¿así es como queremos vivir nuestra vida? ¿dejando que algo que nos importa nos deje de importar porque no somos capaces de solucionarlo?
Por eso, lo mejor que puedes hacer es ahí, mientras algo te incomode/moleste/duele te acerques a la situación que requiere solución y tengas esa conversación o tomes esa decisión que tanto has estado postergando.
3. Comprar propiedades es la mejor inversión.
Nos han hecho creer que comprar una casa o un departamento es una inversión y podría serlo en caso la compre para alquilarla, no para vivir en ella.
La pregunta sería: ¿es realmente una buena inversión? Es decir, ¿estoy teniendo una rentabilidad anual mayor a la de mi segunda mejor alternativa?
La respuesta suele ser «no», pero la mayoría de nosotros no llegamos a ella porque no hemos hecho un análisis exhaustivo sobre la decisión, pese a ser una de las compras más grandes de nuestra vida.
Por eso, lo mejor que puedes hacer es empezar a familiarizarte – en caso aún no lo hayas hecho – con términos como «TEA, TCEA, Costo de Oportunidad, Interés Compuesto» y asesórate con un especialista (no con el vendedor).
4. Los fondos mutuos son una buena inversión.
Los fondos mutuos tienen una larga historia a nivel financiera y política en la cual no nos perderemos porque simplemente, no es relevante.
Lo importante que debemos saber es que en el mejor de los casos – y asumiendo un alto riesgo – una rentabilidad esperada podría ser (y raramente lo es) de 9% anual.
Esta cifra parecería interesante, pero si le descuentas la comisión anual por administración del fondo (usualmente entre el 1% y el 3%), los gastos y portes fijos, el efecto de los descuentos en el patrimonio y la inflación actual (4.5%), entonces llegas a la sorprendente conclusión de que pierdes dinero cada año.
Por eso, lo mejor que puedes hacer (además de asesorarte, pues tú eres el único responsable de tus finanzas) es analizar instrumentos más rentables en relación riesgo/beneficio. Ejemplo: Plazo Fijo, para empezar.
5. La tasa de interés es la que ves en la publicidad.
Cuando pides un préstamo (o una tarjeta de crédito) de cualquier índole siempre tendrás dos tasas de interés: una será la que te dirán y la otra es la que te cobrarán.
La que te dirán – y la que promocionan en los medios – se llama TEA (Tasa Efectiva Anual) y representa el interés anual que la institución financiera te cobra por prestarte el dinero.
La que te cobrarán – y escriben en letras pequeñas en los contratos – se llama TCEA (Tasa de Costo Efectiva Anual) y representa el interés anual más las comisiones, gastos y portes que te cobrarán.
Por esa razón, lo mejor que puedes hacer al pedir un préstamo (o aceptar una tarjeta) es preguntarles cuál es su TCEA (la mayoría de representantes financieros no la sabrán – porque no sé las dicen), compararla con las demás opciones y, evidentemente, elegir la menor – o, aún mejor, negociarla.
6. Mientras más ejercicio hagas más bajarás de peso.
Hay un concepto, entorno al ejercicio, la salud y el peso, que la mayoría de instructores de centros deportivos – incluidos los gimnasios – lamentablemente no conocen y es este desconocimiento lo que evita que las personas que atienden no tengan resultados, pese a su esfuerzo.
El concepto es el siguiente: para bajar de peso – de manera saludable – debes quemar grasa y la única forma en que nuestro cuerpo queme grasa es ejercitándonos a un rango de ritmo cardíaco entre (180 – tu edad) +- 5 pulsaciones por minuto.
De manera sencilla, puedo decirte que para quemar grasa debes estar ejercitándote a un nivel en el que puedas respirar con normalidad, de lo contrario tu cuerpo deja de utilizar grasa como fuente de energía y empieza a quemar glucógeno – lo que no solo hace que no bajes de peso si no que te hace menos saludable.
Por esa razón, lo mejor que puedes hacer (además de informarte sobre el concepto de «ejercicio aeróbico») es que al hacer cardio, no vayas a un ritmo que dificulte tu respiración, no estás «esforzándote más», estás deteriorando tu salud – aunque tu instructor no lo sepa.
7. El amor es suficiente en una relación.
El amor es aquello que nos une a las personas como seremos humanos, es aquello que nos hace uno, aquello que – en el fondo – todos buscamos en la vida.
En una relación, el amor es aquello que nos permitirá superar las dificultades y será aquello que crezca conforme nos conozcamos más, nos entendamos más.
Sin embargo, las personas necesitamos más que el amor, especialmente en las relaciones necesitamos pasión: que se representa en la atracción física de dos cuerpos, en la fricción de dos seres que toman sus propias decisiones y en el goce de momentos divertidos, emocionantes y alegres entre dos personas que se aman.
Por esa razón, lo mejor que puedes hacer es amar a tu novio(a), esposo(a) con cada parte de tu ser y tener también el coraje de demostrar pasión: de tomar tus propias decisiones, de expresar tus deseos y compartir momentos que mantenga vivo ese interés por estar junto y conocerse cada vez más.
8. Los sueldos se pagan en base al perfil de puesto.
La pregunta que no faltará jamás en una entrevista de trabajo es cuál es tu expectativa salarial, es decir: ¿cuánto esperas ganar?
La respuesta suele ser siempre la misma: no muy poco para que no crea que no me valoro ni mucho para que no contraten a otra persona que pida menos.
Esto sucede porque creemos que el sueldo es un monto que ya está establecido y que no hay nada que podamos hacer para cambiarlo, lo cual es falso: las empresas tienen un rango salarial que pueden asignar dependiendo de cuanto deseen/necesiten contratar al colaborador.
Por esa razón, lo mejor que puedes hacer es investigar acerca de las necesidades específicas de la empresa a la que postulas, comunicar tu capacidad para satisfacerlas y pedirles el sueldo que se encuentre en la parte superior de su rango.
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Ya las sabes, ahora – para conseguir resultados – aplícalas.
Créme: valdrá la pena.