Estos son los doce principios financieros que me ayudan a tomar enfocadas en lo que es realmente importante para mí.
Siguiendo estas reglas, estoy cubriendo mis expectativas de corto plazo y mis necesidades de largo plazo. Es decir, me ayudan a disfrutar del presente, cuidando a la vez el futuro.
Conócelos a continuación.
Mis doce principios financieros
- Respira, las cosas van mejor de lo que parecen. Cuando el estrés me abruma, es fácil creer que la única salida es ganar más dinero. Lo cierto es que, con frecuencia, el problema principal no es económico, es emocional. Para calmarme, y así tomar mejores decisiones, recuerdo lo que ya tengo en este momento y lo que ya va bien en mi vida.
- Transparencia financiera total. Cuando me dedicaba a las ventas y debía preguntar a las personas sobre sus ingresos familiares, me asombraba que alguien no supiera los ingresos de su pareja. Siempre pensé que quería algo diferente en mi matrimonio. Ahora, con mi esposa, conocemos nuestras finanzas en detalle y no hay cuentas ni gastos ocultos.
- Cumplir con mi horario laboral es la base para incrementar ingresos: como independiente, puedo elegir en qué momentos trabajar. Lo cual es un arma de doble filo. Por un lado, podría llevarme a no lo suficiente. Pero, por otro lado, podría evitar que tenga días libres. Por ello, si bien tengo flexibilidad sobre qué días y en qué horarios trabajar, he designado una cantidad de horas específicas a la semana que busco cumplir.
- Dos meses de caja chica y seis meses de fondo de emergencia. Tener la capacidad de decir que “no” a ciertas oportunidades es vital. Para poder hacerlo, no debe faltar liquidez. Para evitarlo, tengo una caja chica equivalente a dos meses de costo de vida y un fondo de emergencia equivalente a seis meses de costo de vida. Mi objetivo no es obtener rentabilidad de este dinero, el propósito es tenerlo disponible.
- Ahorro mensual para compras (y gastos) personales y familiares. Tenemos asignado un presupuesto anual para áreas como viajes, mantenimientos, ropa, regalos, etc. Dividimos ese monto entre doce y cada mes lo ahorramos, independientemente de que lo utilicemos en ese momento o no. De esta manera, cuando decidimos hacer la compra, podemos pagarla con tranquilidad.
- Presupuesto ilimitado para la salud mental. Sé la importancia de la salud mental en la vida de una persona. De hecho, creo que es el aspecto más importante. Con una buena salud mental, se puede construir todo lo demás. Por esa razón, si bien tenemos un presupuesto mensual asignado, si se requiere el doble, el triple o más, lo cubrimos con felicidad. En pocas palabras, la salud mental tiene carta libre en nuestro presupuesto familiar.
- Atención rápida y atención preventiva para la salud. Además de los seguros de salud, que son una pieza importante, tenemos un presupuesto para chequeos preventivos constantes. Y, sobre todo, he tomado la decisión de que mi horario sea cien por ciento flexible en cuanto a citas médicas. En general, el cuidado de la salud tiene toda nuestra atención y es prioritaria en nuestra agenda.
- Si genera más ingresos, pero rompe mi equilibrio, entonces es un “no”. Entiendo que a veces puede ser necesario priorizar el dinero, y lo respeto. Sin embargo, en mi caso, el equilibrio personal-familiar que he construido con mi esposa es lo más importante. Por ello, si una oportunidad de negocio puede generar ingresos, pero a costa de nuestra estabilidad, entonces no es realmente una oportunidad.
- Separar un 15% de los ingresos al mes para invertir. Mi foco principal es generar un flujo mensual que cubra con mi calidad de vida deseada. Sin embargo, a futuro lo más importante será el capital acumulado. De ahí que todo ahorro adicional al fondo de emergencia, va a inversiones. Cada persona está dispuesta a afrontar diferentes niveles de riesgo, en mi caso, prefiero inversiones de largo plazo.
- Utilizar las cosas buenas por el mayor tiempo posible. Sé que hay personas que buscan tener el último modelo de su dispositivos tecnológicos. En mi caso, disfruto más de utilizar lo que ya tengo hasta que deje de funcionar correctamente. Por ejemplo, tuve el iPhone 6 hasta que salió el 13. De la misma manera con mi Mac, la tuve por diez años antes de comprar una nueva.
- Si veo un libro que me gusta, lo compro de inmediato. Mi objetivo no es terminar los libros que compro. Personalmente, no le encuentro valor a forzarme a leer cada palabra solo por la idea de que «debe» ser así. Yo leo las partes que me parecen interesantes y en un año puedo tener diez o doce libros «abiertos». Lo que sí hago es que cuando veo un libro que me puede aportar lo compro sin pensarlo en mi Kindle. Aún si solo obtendrá un aprendizaje de él.
- Actualizar mensualmente mis finanzas personales. Tengo agendado una revisión mensual para registrar mis ingresos, gastos, ahorros e inversiones. De esta manera puedo tener una visibilidad real sobre mi situación financiera y hacer ajustes en caso sea necesario. Esto también me da tranquilidad, pues tengo una proyección sobre qué esperar en los siguientes meses, y años.
Como puedes ver, mis principios financieros reflejan lo que es importante para mí. La familia, la salud, la generación de ingresos y el ahorro para el futuro.
Si bien hay algunas de estas áreas que pueden ser igual de importantes para ti, el orden de prioridades puede cambiar.
Por esa razón, lo ideal es que cada persona pueda definir sus reglas, sobre la base de sus propios objetivos.
En tu caso, ¿cuáles dirías que son algunos de tus principios financieros?