«No soy bueno en ventas Nelson. Yo no sirvo para eso» – suelen decirme algunas personas en las capacitaciones que doy sobre este tema.
Mi respuesta es siempre la misma:
«Si quieres ser mejor que el 99% de personas en ventas y pasar de no saber nada acerca de las ventas a ser extremadamente bueno en cuestión de segundos solo necesitas hacerte estas tres preguntas antes de empezar cualquier presentación (…)»
Quiero dártelas por si en algún momento de tu vida necesitas vender.
Conoce una de las mejores técnicas de ventas
Ya sea vender tus ideas a un inversionista, vender tus productos o servicios a tus clientes, vender un puesto de trabajo a un potencial colaborador tuyo, venderle a tus hijos tu opinión, venderle a tu pareja una decisión, venderle a quienes te siguen una idea, un sueño, una visión o una meta.
Estas son las tres preguntas que me hago yo antes de empezar cualquier presentación y he encontrado en ellas excelentes resultados:
1. ¿Qué tengo yo en común con esta persona?
La respuesta podría ser «ambos queremos desarrollarnos profesionalmente», «ambos queremos lo mejor para nuestros hijos», «ambos queremos sentirnos bien», «ambos tenemos miedo a fracasar», «ambos…».
Cuando entiendes de qué punto parte la otra persona, de donde provienen sus más profundos miedos, dudas y sueños puedes respetar su opinión y honrar su posición.
Al hacer esto podrás hablarle con un lenguaje, con una intención y con un cariño que generará una confianza genuina entre ambos y podrás influir en ella/él para bien.
2. ¿Qué admiro yo de esta persona?
Atrás están los días donde debíamos hacer un cumplido solo para «romper el hielo» y hacer una venta.
Las personas reconocen la sinceridad y saben cuando realmente nos importan.
Pensar en aquello que admiramos de la otra persona generará en nosotros una cercano y cariño natural en la que no tendremos que pensar qué inventar o decir.
Diremos lo que realmente sentiremos y eso, amigos(as) míos se siente.
3. ¿Cómo la vida de esta persona será mejor gracias a que hoy yo estoy aquí?
Muchas veces evitamos, postergamos o no realizamos una llamada de prospección o una presentación de venta porque estamos inseguros acerca del producto, servicio, idea o negocio que queremos proponer.
Esta inseguridad o, en algunos casos, sensación de hacerle perder el tiempo a la otra persona, se evapora inmediatamente cuando reconocemos el impacto que nuestra presencia/presentación tendrá en la vida de la otra persona.
De hecho, es esta misma creencia generada por la repuesta interna a esta pregunta la que nos permitirá empujar a un nivel que la mayoría no se atreve.
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Te regalo esta estrategia porque es mi favorita. Funciona al 100% y, lo mejor de todo, te permite ser tu mismo(a) y en servir a los demás.
Finalmente de eso se trata las ventas.
Eso sí, si quieres ser un(a) vendedor(a) extremadamente bueno(a) debes ser también extremadamente ético(a).
Y, en las ventas, la ética está basada en que tú como vendedor(a) solo tratarás de persuadir a la otra persona si lo que ofreces realmente tendrá un impacto positivo en su vida.
Y, lo más importante, es realmente indicado para él o ella en este momento.
De esto se trata una de las mejores técnicas de ventas y si no eres capaz de decirle a un potencial cliente:
«Me encantaría vendértelo pero la verdad es que esto no es para ti en este momento. No te conviene, mejor usa tu dinero, tu tiempo o tus recursos en otro producto/servicio»
…tal vez aún te falte madurar como vendedor(a) profesional.
Ningún producto, servicio, idea es «para todos».
Entiende esta diferencia, hazte estas tres preguntas antes de empezar una presentación y sé el/la mejor vendedor(a) que jamás hayas conocido.
Le harás bien al mundo.