Nelson Portugal

Cómo evitar discutir con tu pareja

Seamos honestos.

Las discusiones y «peleas» con nuestra pareja son una parte innegable de nuestra semana -o incluso de nuestro día a día – que afecta cómo nos sentimos, nos relacionamos y nos desempeñamos en todas las áreas de nuestra vida.

Peleamos porque «no nos entiende», porque «siempre hace lo mismo», porque es «un desconsiderado» o porque «no nos deja en paz».

«Tú no cambias»

Le decimos:

O, si estamos en el auto la conversación va algo así:

– Para, me bajo aquí. Me voy sola.
– No, es peligroso. Te llevo a tu casa.
– No, no me importa… aquí me bajo, YO me puedo ir SOLA.

Segundos más tarde se escucha un fuerte «PUM!».

Lo único que queda de esta discusión es una puerta golpeada y una relación deteriorada. Y, por supuesto, luego lo único que te queda es comentarle a tus amigos o familiares «mi pareja y yo discutimos mucho».

Lo que dejan las discusiones de pareja

Sí, tres semanas más tarde esta situación podría ser una historia graciosa que le cuentas a tus amigos(as) en una reunión.

…pero déjame decirte algo:

Estas reacciones – las tuyas y las de tu pareja – van destruyendo tu relación cada vez más.

La deterioran, la vuelven más distante, menos íntima y crean resentimientos que pueden marcar tu relación para siempre.

Porque aunque la quieres, aunque él es todo para ti, la forma en que reaccionas, las palabras que le dices y las decisiones que tomas en esos momentos le hacen daño.

A ti y a él, a ella.

Lo mismo sucede cuando la discusión se da en la relación con tus amigos(as), con tus padres, hermanos(as) o compañero de trabajo por lo que si actualmente no tienes una pareja, lo que te diré a continuación es igual de importante para ti.

Cómo evitarlas

Entonces,

¿Cómo podemos disminuir este tipo de discusiones? ¿qué hace que reaccionemos impulsivamente?

Y, sobretodo ¿cómo podemos evitarlo?

En este artículo respondo cada una de estas preguntas y te doy una técnica efectiva – que no había hecho pública hasta ahora – sobre cómo hacer esto posible.

Esta técnica será una herramienta que podrás utilizar cada vez que estés a punto de iniciar una discusión (para evitarla) o cuando ya estés en medio de una (para solucionarla).

Pero por ahora me gustaría pedirte dos cosas bastantes sencillas.

Realiza estas dos pequeñas acciones ahora y nos vemos el día miércoles para continuar en nuestro camino hacia una Maestría Emocional.