Había volado mas de 6 horas, trabajado mas de cinco días seguido, el reloj marcaba las 2:54 de la mañana y recién había llegado a mi casa.
Puse mi maleta encima de mi cama y empecé a sacar mi ropa, mi laptop, cámara y demás accesorios que había llevado.
Las puse también sobre mi cama y antes de que pudiera empezar a arreglarla el cansancio me llevó a dormir en el sofá y olvidarme de esto hasta mañana.
Y así lo hice.
Me fui a la sala, llevé dos sábanas y me eche a dormir en el sofá. «Mañana lo arreglo» – pensé.
Llegó «mañana», y las decenas de cosas por hacer ocuparon mi día. Sin darme cuenta ya había llegado la noche y me encontré durmiendo en el sofá una vez más.
Al día siguiente fui a mi cuarto, vi mi cama y pensé: «En la tarde la arreglo».
Llegó la tarde y pensé «en la noche lo hago». Y de esta forma, por primera vez en mi vida, dormí tres veces seguidas en el sofá.
Lo que más me sorprendió fue que, a pesar de que habían pasado ya tres días mi cama seguía como yo la había dejado: desordenada y con todas mis cosas en cima.
«Obviamente» – podrías pensar. «Si no la has arreglado ¿cómo mas esperarías que este?»
Y sin embargo, en lugar de excusarme, quiero que pienses por un momento en las respuestas a estas preguntas:
¿Cuántas veces tú y yo hemos esperado que el tiempo haga el trabajo por nosotros? ¿Cuántas veces hemos querido cambiar algún aspecto de nuestra vida, no hemos hecho nada para mejorarlo y aún así esperamos conseguir resultados?
Por ejemplo:
1. Entramos a un bar, nos parece atractiva una chica, la miramos, pedimos un trago, conversamos con nuestros amigos, la volvemos a mirar, pedimos otro trago, seguimos conversando con nuestros amigos, y aunque en nuestra mente deseamos conversar con ella, bailar con ella, reír con ella, besarla solo atinamos a mirarla … una vez más.
Tres minutos más tarde un chico se acerca a ella, le sonríe, la toma de la mano y sale a bailar con ella.
Y entonces pensamos «seguramente él ya la conocía», «yo no sé bailar esa canción», «estoy cansado»…. tratando así de justificar nuestra propia inacción.
2. Queremos recuperar una amistad que ya está casi perdida, sabemos que no hablamos con ese amigo(a) hace ya varios meses, vemos sus fotos en Facebook y nos preguntamos cómo le estará yendo y entonces le damos «like» a su foto mientras pensamos lo divertido que sería juntarnos nuevamente y volver a reírnos como antes.
Y así pasan las semanas, los meses y los años. Y la foto que antes tenía como descripción «con mi novia(a)», ahora dice «con mi esposo(a)» y, sin darte cuenta, te encuentras dándole «Like» a la foto del hijo de quien algún día fue tu mejor amigo(a).
3. Queremos un aumento, hacemos bien nuestro trabajo, conseguimos los resultados del perfil y mucho más. Sabemos que el dinero que ganamos ya no nos alcanza y soñamos con un aumento. Vemos pasar a nuestro jefe mientras pensamos lo bueno que seria que nos diga: «estás haciendo un excelente trabajo, mereces un aumento, ¿cuánto te gustaría ganar?».
Y entonces se va a su oficina, nos llama, nos pide un reporte y nosotros lo hacemos, se lo entregamos y nada. No nos hace la pregunta que queremos escuchar. Llegan las 6 de la noche, tomamos nuestras cosas y nos regresamos a nuestra casa con un sueldo que cada vez alcance para menos.
…
Todo porque en algún momento nos hicieron creer que «el tiempo solucionaba todo». Todo porque caímos en la trampa de que «cuando se tiene que dar, las cosas se dan». Todo porque la sociedad nos ha enseñado a medir todo en base al tiempo:
- La universidad dura cinco años
- El diplomado ocho meses
- La maestría dos años
- El ascenso llega depués de dos años
No es que esté mal utilizar el tiempo para tener un marco de referencia, pero creo que es un grave error pensar que es el tiempo lo que hace que aprendamos algo nuevo, desarrollemos una nueva habilidad, conseguimos ese ascenso, mejoremos esa relación o paguemos esa deuda.
Por cierto, la última frase no rima por lo que tal vez no sea digna de un «retweet», pero eso no quita que sea verdad.
Y así como mi cama que jamás se iba a arreglar con el paso del tiempo, tus objetivos tampoco se cumplirán si sigues durmiendo en el sofá en lugar de tomarte el tiempo para tomar acción.
El tiempo para:
- Escribirle ese inbox al amigo que no ves hace meses
- Enviarle ese email a cliente con el que quieres cerrar la venta hace semanas
- Hacer esa llamada al familiar con el que discutiste hace años
- Acercarte y sacar a bailar a la chica del bar que te atrae (o chico)
- Hablar con tu jefe y pedirle un aumento
Porque así como la marea del mar a la que no le importa lo que se lleve consigo, el tiempo pasará sea que tú hagas algo para conseguir lo que quieres o no.
Y llegará el 2015, 2016, 2020, 2050 y nada cambiará al menos que hagas algo para cambiarlo, por más simple que parezca.
Yo quiero que consigas lo que quieres en la vida y por eso escribo estas líneas el día hoy.
No para que simplemente le des «like», la compartas o la comentes sino para que la próxima vez que quieras algo, hagas algo para conseguirlo.
Así de simple, así de efectivo.
Y el primer paso que quiero que tomes es que escribas aquí abajo en los comentarios lo siguiente:
- Escribe algo que has querido lograr hace hace algunos días, semanas o meses y has dejado de lado
- Escribe lo que harás, específicamente el día de hoy para conseguirlo
Tómate algunos segundos para pensarlo y escribe tu respeusta aquí abajo.