No le temas a tus emociones.
No trates de alejarte de ellas, no las ignores, no intentes deshacerte de ellas. Siéntelas.
Siente como fluyen por tu cuerpo.
Aprécialas, son las que te hacen sentir vivo(a)… incluso el dolor.
Sobretodo el dolor. No temas sentirlo. Acéptalo, no pelees contra él.
No le temas a tus emociones
Deja que recorra tu cuerpo por un momento y luego, naturalmente, deja que se vaya.
Cuestionarlo, querer evadirlo, ahondar en por qué lo sientes hará más intenso el dolor.
Aprécialo, deja que fluya. El dolor es parte de la vida, siéntelo pero evita vivir en él.
No le temas.
Muchas emociones ocuparán su lugar cuando eres libre del miedo a sentirlo
…porque la mayoría de cosas en la vida que nos genera placer, felicidad, alegría, orgullo, satisfacción, tranquilidad, abundancia, amor… requieren una dosis de dolor inicial.
Empieza a apreciarlo y a sentirlo con esta nueva perspectiva.
Hacer esto te permitirá realizar las acciones que hoy no te atreves a tomar por temor a sentir dolor, vergüenza, pena o rechazo.
Dale la bienvenida al miedo, a la incomodidad y a la incertidumbre.
Son tuyas y están ahí para cuidarte – para ayudarte a crecer.
Siéntelas y luego, déjalas ir.
Ése es el proceso natural de la vida.