Nelson Portugal

¿Cómo Tomar Decisiones Difíciles en la Vida? – Aprender a Tomar Decisiones

Cuando estamos frente a una situación que consideramos difícil en nuestra vida personal o profesional, muchas veces la toma de decisiones puede causar estrés, ansiedad, confusión e incluso depresión.

Por ello, al estar frente a una decisión difícil que debemos tomar buscamos formas de evitar tomarla o la postergarmos y preferimos enfocarnos en cosas sobre las cuales sí tenemos control o sí nos sentimos cómodos.

El problema con esto es que hacer lo no nos permitirá progresar, ya sea personalmente o en nuestra empresa o trabajo. Y, lo que es peor, nos estamos acostumbrado a dejar de lado las decisiones importantes y no estamos fortaleciendo nuestro «músculo» de la decisión.

¿Te ha pasado esto al intentar tomar una decisión importante?

Seguramente te ha pasado que has debido tomar un decisión importante en el trabajo pero de pronto te «acordaste» que debías hacer una llamada, mandar un email o arreglar tu escritorio.

De pronto te enfocas en hacer lo que es urgente y dejas de lado lo que es importante porque te sientes más cómodo o cómoda.

¿Alguna vez has dicho o escuchado decir a alguien «después hablamos de eso» o «eso lo vemos después»? Muchas veces «eso» debes hablaro ahora y tomar una decisión en este momento pues es importante para tu vida. Sin embargo, ese proceso complicado de la toma de decisiones te hace postergarla una y otra vez.

Y, cuando finalmente decides tomar una decisión te encuentras con el hecho de que no sabes cómo hacerlo efectivamente o el proceso se ve influenciado por tus emociones en el momento, tus miedos, o limitado solo a lo que crees en ese momento.
Entonces,

Importancia de saber tomar decisiones

En las próximas líneas compartiré contigo lo que el 99% de ejecutivos, profesionales y empresarios desconocen:

Las 4 razones por las cuales la mayoría de personas no toma decisiones

1. Miedo

Muchas personas sienten miedo de que tomarán una mala decisión pero tú debes recordar que el verdadero fracaso es no estar en control de tus propias decisiones.

Inevitablemente tú debes tomar esta decisión y postergarla no cambiará nada. Debes reconocer que la parte más complicada de tomar una decisión es tomarla pero que, una vez tomada, todo lo demás es sencillo.

Nadie es perfecto y tú no eres la excepción, puede ser que te equivoques pero la mejor parte de esto es que siempre puedes regresar y volver a tomar una decisión en base a tus nuevos aprendizajes y experiencia.

Si, por el contrario, fallas en tomar una decisión y dejas que el miedo gobierne, no aprenderás nada y estarás estancado de por vida.

2. Inseguridad

Muchas personas creen que las decisiones deben ser tomadas con completa seguridad. Creen que antes de tomar una decisión se deben saber todas las posibles consecuencias y opciones y esta creencia evita que tomen una decisión.

La verdad es que la decisión debe ser tomada en base en las mejores o mayores probabilidades. Si esperas a que lo sepas todo o tengas todas las opciones, será muy tarde.

Por ello, los verdaderos líderes son aquellos que pueden tomar decisiones complicadas en momentos difíciles. Recuerda siempre que velocidad es mejor que perfección. De hecho, no existe la perfección, solo puedes hacer lo mejor que puedas y seguir creciendo.

3. Falta de costumbre

Esto se convierte en un círculo viciososo del cual es complicado salir por lo que si no estás acostumbrado a tomar decisiones debes empezar a tomarlas más seguido. ¿Por qué? Porque la única forma de ser bueno o ser buena al tomar decisiones es tomándolas.

Lo que puedes hacer es empezar a tomar decisiones pequeñas pero con frecuencia. Empieza a decidir rápidamente qué ropa ponerte, a qué restaurante ir a comer, qué ruta tomar.

De esta forma fortaleces tu músculo para tomar decisiones y pronto se te hará más sencillo tomar decisiones más complicadas como ¿asciendo a esta persona o no? ¿contrato a esta persona? ¿me mudo? ¿termino esta relación? ¿renuncio?

4. Estrés

En la sociedad actual, cuando la información nos bombardea por todos lados, en nuestro correo electrónico, en nuestro celular, en las calles, es común que nos cause estrés no saber siquiera por dónde empezar.

De hecho, cuando estamos frente a una decisión no sabemos qué hacer o cómo empezar y este sentimiento crece conforme pasa el tiempo.

Por esta razón es sumamente importante que tengamos un sistema que nos facilite el proceso de decisión y que nos permita aprender más de cada decisión que tomemos.

Especialmente, porque en la actualidad debemos tomar decisiones constantemente en nuestra vida personal y profesional.

Los cuatro enemigos de la toma de decisiones

Visión limitada

Usualmente cuando nos debes tomar una decisión nos ponemos frente a una pregunta que debemos resolver como por ejemplo: ¿debo renunciar mi trabajo o no? ¿debo seguir en esta relación o no? ¿debo empezar estre proyecto o cancelarlo?

Esta forma de preguntas limitan nuestra visión para lo que litaralmente limitan nuestras opciones a solo dos.

De la misma forma nos hemos acostumbrado a pensar en que si decidimos algo entonces ya no podemos tener acceso a ninguna otra cosa o situación que sea contraria.

La verdad es que siempre hay una tercera, cuarto o incluso quinta opción que podemos considerar. Incluso a veces no es una opción o la otra, sino que pueden ser las dos opciones a la vez.

Si dejamos que esto suceda entonces estaríamos decidiendo tal como decide un adolescente: ¿voy a la fiesta o no? Tú y tu equipo de trabajo o familiares deben tener la capacidad de ampliar las opciones y plantear la situación de forma que existan multiples opciones no como un dilema.

Pregúntate: ¿Qué otras posibilidades existen? ¿Cuáles son tres otras opciones que puedo incluir en mi proceso de decisión? ¿cúal es mi objetivo real detrás de esta decisión y cómo puedo conseguirla?

O pregúntale a otra persona qué opina de la situación y, sobretodo, qué otras opciones ve posible que tal vez tú no estés viendo. Oblígate a pensar en al menos dos opciones más.

Confirmación subjetiva

¿Alguna vez le has preguntado a alguien qué le parece la decisión que has tomado sabiendo que no importe lo que esa persona te diga tu matendrias misma decisión que habías tomado?

Si eres honesto contigo mismo o contigo misma debes reconocer que la respuesta es sí. Todos lo hemos hecho alguna vez.

Todos tomamos una decisión y simplemente buscamos personas que estén de acuerdo con la decisión que hemos tomado para sentirnos mejor con nosotros mismos.

Me refiero a las clásicas preguntas que en realidad son afirmaciones. Tendemos a buscar razones para confirmar que la decisión que hemos tomado es la correcta.

Este es un enemigo al momento de tomar decisiones porque limita nuestra capacidad para recibir retroalimentación, pues solo escucharemos a personas que están de acuerdo con nosotros. La próxima vez que estés en esta situación prepárate para estar equivocado o equivocada.

Piensa por un momento que podrías no tener la razón y ese pensamiento te dará una nueva perspectiva.

Emociones de corto plazo

Las emociones de corto plazo suelen empujarnos a tomar decisiones que no son sostenibles o son buenas para nuestra vida en el mediano o largo plazo.

Es importante que no tomes decisiones difíciles o que tendrán consecuencias en el largo plazo basadas en emociones de corto plazo.

Las emociones hacen que tomemos decisiones basados en nuestra propia visión y en nuestros propios sentimientos y no necesariamente en lo que es mejor para el equipo, para el grupo o para nosotros mismos en el futuro.

Por esta razón, este enemigo es uno de los más grandes enemigos de la toma de decisiones. Es importante, entonces, respirar profundamente, tomarte un tiempo de relajo, hacer ejercicios, poner tu mente en blanco o alegrar tu corazón antes de empezar la toma de decisión.

Confianza excesiva

Siempre debemos tener una visión positiva de lo que podría ocurrir, sin embargo, esta visión puede ser negativa en nuestra toma de decisión.

La razón es simple: podemos aferrarnos a la idea de que todo irá bien y de que será un éxito que no evaluamos el progreso y no corregimos nuestras decisiones en el camino.

Otro de los problemas con la confianza excesiva es que porque creemos que funcionará y que todo nos irá bien no tomamos los pasos necesarios ni las acciones que debemos para hacer que funcione o que vaya bien. Parecería un juego de palabras pero no lo es.

Nuestra visión optimista del futuro nos puede frustrar del mismo si no tomamos la acción necesaria y si no hacemos el seguimiento necesario a la decisión que hemos tomado.

En ese sentido, la próxima vez que decidas algo prueba ponerle fechas o indicadores de seguimiento.

Como tomar decisiones

A continuación compartiré contigo los seis pasos para un proceso de toma de decisiones efectivo. Este proceso es un sistema que puedes seguir cada vez que estés frente a una decisión díficil. Al inicio podría parecerte un sistema complejo, sin embargo, notarás que cada vez que lo usas se vuelve más sencillo.

Te recomiendo que sigas este proceso cuando estés solo o sola y sin interrupciones. Idealmente tomaría 30 minutos y debe ser hecho en papel y lapiz o lapicero pero no en la mente ni en la laptop, iPhone o cualquier otro dispositivo.

1. Define tu objetivo/s

El primer paso y el más importante de todos es que defines específicamente cuál es tu objetivo frente a la decisión. ¿Qué buscas obtener? ¿qué es lo que quieres? Define los resultados que quieres obtener por orden de importancia.

2. Conoce las opciones

Escribe todas las opciones que tienes, incluso las opciones con las que no estés de acuerdo o no quieras. Recuerda lo que vimos anteriormente: una opción no es decisión, dos opciones es un dilema, tres opciones ya puede ser considerada como una opción.

3. Averigua las consecuencias

Escribe todas las posibles consecuencias de cada una de las opciones. Para la opción una escribe sus consecuencias, igual para la segunda o tercera opción. Idealmente debes tener al menos cuatro opciones antes de tomar una decisión.

4. Evalua las posibilidades

Ahora es momento de evaluar las consecuencias positivas y las negativas de cada opción. Determina qué resultados se ven afectados frente a cada decisión, determina la importancia de cada consecuencia frente a el resultado que deseas (del 1 al 10)

Escribe la probabilidad de que la consecuencia que has puesto realmente suceda (del 0 al 100%) Y, finalmente, escribe el beneficio emocional o la consecuencia real si elegirias esa opción.

Por ejemplo, si la opción 1 y 2 afecta a nivel 10 el resultado que deseas probablemente quieras descartar esa opción. Mientras que si la opción 3 y 4 afecta a nivel 5 el resultado que deseas entonces probablamente quieras mantenerla. Es importante determinar la posbilidad de que el beneficio realmente se de.

En esencia en este paso lo que estamos haciendo es quedarnos con las opciones que más beneficios nos den y menos desventajas ocasionen en base a lo que nosotros queremos lograr (objetivos del paso 1).

5. Mitiga las consecuencias negativas

En esta opción debes mitigar las consecuencias negativas. Para esto debes escribir todas las consecuencias negativas que pueden ocasionar las opciones que aún han quedado en este proceso (en este ejemplo sería la opción 3 y 4).

Para ello, debes hacer una lluvia de ideas de todas las posibles consecuencias negativas y escribir las diversas formas que puedes mitigar estos consecuencias o eliminarlas. Mientras más ideas tengas mejor, pues menos serán las consecuencias negativas.

En esta parte es donde puedes combinar las alternativas restantes o ver partes parciales de cada una con la idea de ir quedandote con solo una opción restante. La opción que tenga la mayor probabilidad de conseguir los objetivos que deseas (paso 1) con la menor cantidad de consecuencias negativas.

6. Toma la decisión

Ahora es momento de elegir la mejor opción de todas y decidir que harás que funcione sí o sí. En esta parte no puedes mirar atrás ni reevaluar las decisiones hasta que hayas puesto en practica la decisión tomada.

Debes elegir la mejor opción y crear un plan para hacer que funcione, debes encontrar las razones por las cuales harás que funcione y debes tomar acción masiva para conseguir los resultados que deseas.

Ahora me gustaría saber de ti: ¿Cuál es una de las decisiones más difíciles que has tomado? ¿qué proceso seguiste para tomarla? ¿qué recomendación le darías a las demás personas cuando estén frente a una decisión difícil?