11 hábitos que me apoyan a mantenerme enfocado, productivo y equilibrado
¿Alguna vez has sentido que no es posible sacar adelante una área de tu vida sin tener que sacrificar otra?
Que, por más que te esfuerces, siempre estás tratando de hacer malabares para poder:
- Cumplir con las obligaciones del trabajo
- Dedicarle tiempo a tu familia
- Estar presente para tu pareja
- Tener una alimentación sana
- Cuidar tu salud física
Todo esto, a la vez que tratas de no estresarte, tener una buena comunicación con tu equipo y mantener unas finanzas ordenadas.
Definitivamente, es una combinación de responsabilidades que puede llevarnos a sentirnos presionados una gran parte del tiempo. De hecho, es un desafío con el que he tenido que lidiar durante los últimos años y que, de cierta manera, cada día lo sigo haciendo.
Para hacerlo, he ido formando ciertos hábitos que me apoyan a mantenerme enfocado, productivo y con cierto grado de equilibrio. Esto no quiere decir que no me desenfoco, distraigo o que no pierda el equilibrio – es solo que estos hábitos me permiten recuperarlo.
Los comparto contigo para que puedas ver cuáles de ellos puedes empezar a implementar en tu vida.
11 hábitos que me apoyan a mantenerme enfocado, productivo y equilibrado
1. Planificar a inicio de semana: dedicarle un mínimo de dos horas a definir los objetivos y actividades de la semana me permite reducir el desenfoque y priorizar aquello que tiene un mayor impacto en lo que deseo conseguir. Mi tendencia es pensar en objetivos de largo plazo y «grandes metas», pero me ayuda buscar aterrizarlos en metas de la semana para enfocarme también en la acción y no solo la visión.
2. Agendar cada pendiente que surge: cuando empiezo el día lo primero que hago es ingresar a mi calendario y me guío de lo planificado para evitar distraerme pero sobre todo, incluyo en mi cada nueva actividad que aparece – por más pequeña que sea. Esto libera mi mente y elimina la posibilidad de olvidarme de algo, lo cual reduce el estrés y aumenta la fiabilidad que genero en quienes me rodean.
3. Hago una mini rutina de salud física: hacer ejercicio es uno de los hábitos que me falta construir, pero he encontrado una manera de mantener cierto grado de actividad y cuidado de salud física. Lo que hago es: tomar dos vasos de agua al despertar, cinco minutos de ejercicios antes de trabajar, ayuno cada ciertos días y comer ensaladas o lentejas una o dos veces a la semana.
4. Ingreso mis victorias diarias: al finalizar el día, escribo una lista de los logros que he obtenido en el día, ya sean pequeños, medianos o grandes. Incluyo aquellos intentos que, aunque no funcionaron, me permitieron dar un paso hacia adelante. Esto me permite reducir los pensamientos que me generan ansiedad o estrés y duermo más tranquilo.
5. Durante dos horas a la semana compartimos victorias con el equipo: cada viernes por la mañana me reúno con mi equipo para conversar sobre qué victorias han obtenido, qué momentos mágicos han disfrutado y, en general, cómo están a nivel personal. Esta es una reunión que nos energiza y nos permite integrarnos, pues durante la semana las interacciones son rápidas y muchas veces no dejan un espacio para conversar.
6. Limito mi horario de trabajo a cincuenta horas: cada semana dispongo de cincuenta horas para lograr mis objetivos profesionales. Esto me permite tener dos días libres completos para estar presente para mi familia. Si mi negocio crece, no trabajo menos horas, de la misma forma que si tiene desafíos, intento no trabajar más. Y, si me excedo por alguna razón en una semana, recupero las horas en la siguiente. Ha sido la mejor forma que he encontrado para mantener un equilibrio.
7. Transferir «automáticamente» cada mes a cuentas diferentes : uno de los cambios más importantes para mí, como independiente, fue separar las finanzas profesionales de las personales. Ahora, con un sueldo asignado, puedo diferenciar la utilidad – o pérdida – de la empresa, de mis ingresos. Cada inicio de mes, transfiero el sueldo a una cuenta de gastos, al igual que mi esposa, y de forma casi «automática» separamos un monto para los ahorros y/o compras-inversiones futuras. Una decisión igual de importante para ambos ha sido la de no incrementar nuestro presupuesto familiar durante algunos años, independientemente de los ingresos que podamos generar.
8. Tengo una sesión de terapia psicológica: hace algunos años me di cuenta que toda persona, sin importar su situación y/o los desafíos que tenga – o no tenga – se beneficiaría de tener una sesión con un(a) psicólogo(a), al menos, una vez por semana. En mi caso, luego de casi una década desarrollando mi equilibrio emocional y apoyando a personas a hacerlo, continúo creyendo que sigo en proceso de aprendizaje. Las sesiones que tengo me permiten conocerme más y mejorar mi salud mental.
9. Dedicarle dos horas a escribir mi próximo libro: escribí un libro hace algunos años, pero tengo ideas para – al menos – cinco más. Es difícil poder encontrar la forma de dedicarle el tiempo y el espacio durante la semana, por lo que en un viaje que tuvimos con mi esposa me animó a que los sábados dedique dos horas a avanzar en mi siguiente libro. He hecho un cálculo básico y creo que de seguir con este hábito podría escribir un libro cada año.
10. Conversaciones seguras con mi esposa: uno de los hábitos que estamos formando con mi esposa, y ambos disfrutamos, es tener un espacio los domingos para conversar de manera segura sobre cómo nuestra relación. Cuando digo segura, me refiero a que es una conversación sin juzgarnos ni sentirnos juzgados, lo que nos da la libertad de expresar lo que realmente sentimos. Conversamos sobre dos cosas principalmente: qué hicimos bien en la semana y qué queremos hacer mejor la siguiente.
11. Agradecemos al final de cada semana: mi esposa y yo no practicamos una religión en particular, pero durante un tiempo quisimos ver la manera de dedicarle un espacio a agradecer a Dios por todo aquello que tenemos en nuestra vida. Las personas pueden tener diferentes formas de hacerlo, para nosotros es leer algunos pasajes de la biblia y/o ver algunos vídeos sobre reflexiones espirituales.
Cuéntame en los comentarios, ¿qué hábito empezarás a implementar?
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