Cuando estamos frente a un problema es fácil perdernos en la historia personal y emocional que hay detrás de él.

Decimos por ejemplo:

“Me despidieron entonces no valgo”, “no logro ascender, entonces no soy bueno o no sirvo para esto”, “subí de peso entonces ya no me van a querer/aceptar”, “discutimos entonces no me entiende – y debería hacerlo”.

También es usual que cuando algo va mal en nuestras vidas simplemente digamos el problema, pero olvidemos pensar en qué es aquello que haremos para solucionarlo.

Decimos:

“No hay trabajo”, “la situación está difícil”, “comer sano es caro/difícil/toma-mucho-tiempo”, “no sé cómo crecer en mi negocio/vida/relaciones”, “así soy yo”.

Cómo solucionar cualquier problema

En otras palabras: olvidamos que contar, decir, explicar, conocer o justificar la situación no es suficiente para que cambie.

Olvidamos que no importa si fue nuestra culpa o no, si es fácil o no, si es lo que esperábamos o no, si es justo o no, si es la tercera, cuarto, quinta o sexta vez que nos pasa o la primera

…la verdad es que la situación no se arreglará por si sola.

Por esa razón es que el día de hoy quiero compartir contigo una técnica que aplico diariamente para solucionar cualquier problema: La Técnica de las 7 Palabras.

Conoce la técnica a continuación:

Me hago esta pregunta incluso en aquellos momentos donde creo que lo que sucedió fue injusto, que no debería ser así, que no fue mi culpa, que me esforcé al máximo y pese a eso no salió como quería/esperaba porque esta pregunta:

1. Me devuelve el control de la situación – o al menos limita mi enfoque en lo que yo sí puedo hacer (y me distancia – física y emocionalmente – de aquello que no).
2. Dirige mi atención a los pensamientos, emociones y acciones que debo tener en ese preciso instante para acerarme a la solución.

Confío en que esta pregunta te ayudará a librarte de las culpas, de las excusas, de las limitaciones mismas y acercarte rápidamente a las soluciones – de aquello que quieres conseguir en tu vida y en tu trabajo.

Por esa razón te invito a la próxima vez que estés frente a un problema te preguntes:

“¿Y que hoy a hacer al respecto?”

Luego, escucha tus respuestas y hazlo.

Si te sirve, repítelo cada vez que lo necesites y, cuando alguien venga con un problema hacia a ti, aprecia su situación, respétala – pero espera más de él/ella mismo(a) y pregúntale «¿y qué vas a hacer al respecto?

De esta forma tú, tu familia, tu equipo y tu organización seguirán creciendo y desarrollarán la capacidad de solucionar cualquier problema.

Ése es mi más grande objetivo.