Cuatro formas de hacer que el tiempo te alcance
A veces pareciera que nos falta tiempo y que, no importa cuánto nos esforcemos, no podemos lograr lo que esperamos.
En esos momentos es común abrumarnos, irritarnos y pensar que no tenemos salida, más que añadir más horas en el día.
Me he sentido así en múltiples ocasiones y en algún momento – y de alguna manera – volveré a hacerlo.
Sin embargo, la pregunta es: ¿cómo recuperar la calma, el enfoque, la confianza y el entusiasmo?
En esencia, ¿cómo hacer que el tiempo nos alcance?
Cuatro formas de hacer que el tiempo te alcance
Comparto contigo cuatro caminos que puedes tomar, idealmente, en ese orden:
1. Emocional: recuerda que la satisfacción no proviene de terminar una tarea más. La sensación de progreso se genera al reconocer las acciones que ya has realizado.
En pocas palabras, sentirte bien no es un objetivo que se logra esperando que llegue el futuro, es una meta que se alcanza apreciando nuestro desempeño pasado.
En ese sentido, pregúntate:
- ¿Termino el día pensando en lo que no hice o listo las actividades que sí completé?
- ¿Pienso que llegará el día en el que finalmente habré logrado algo importante o reconozco los pequeños pasos diarios que dirigen hacia ese fin?
- ¿Tengo la necesidad emocional de sentirme ocupado o he aprendido a estar en paz con la idea de disfrutar lo que hago?
2. Estratégico: sé consciente sobre la cantidad de objetivos quieres lograr al mismo tiempo. Steve Jobs lo dijo: “no fuimos exitosos por lo que hicimos sino por todo aquello que no hicimos”.
Si deseas ascender, pero también estás estudiando inglés, llevando una maestría y queriendo emprender, lo más probable es que tu atención se disperse y no logres la eficiencia que deseas.
Pregúntate, entonces:
- ¿Qué es lo que quiero conseguir y cuál es la forma más eficiente de lograrlo?
- ¿Qué es algo que ya estoy haciendo y puedo hacer mejor en lugar de empezar algo nuevo?
- ¿Cómo puedo aprender a aplazar y sentirme cómodo con la idea de no hacer, para poder enfocar mi atención en lo que sí haré?
3. Funcional: organiza anticipadamente las acciones más importantes para la semana y asigna tiempos específicos para hacerlo. Es normal tener miedo de no cumplirlos, pero tener una ruta siempre será mejor que reaccionar en el día a día.
Centraliza tus pendientes en un solo lugar, llévalo contigo, mantenlo visible y úsalo como referencia para la acción. Es decir, antes de hacer algo, mira tu lista y, si es necesario haz cambios en ella. Pero, sobre todo, sé consciente de lo que podrás hacer y lo que no.
Pregúntate:
- ¿Llevo una agenda, la mantengo actualizada y la reviso constantemente?,
- ¿Cumplo lo que me propongo?, de no ser así, ¿qué debo mejorar?, ¿la habilidad para planificar o la capacidad para priorizar?
- Si planifico y priorizo, pero procrastino, ¿por qué lo hago?, ¿qué me lleva a postergar una tarea?
4. Comunicacional: utiliza la herramienta de la comunicación para expandir tu sentido de orden hacia tu entorno más cercano. Con ella, podrás influir en sus decisiones o, al menos, lograrás que respeten las tuyas.
Aprende a decir que no de manera asertiva, haz preguntas que lleven a la otra persona a analizar mejor sus decisiones, negocia tiempos de entrega acorde a lo que es verdaderamente posible.
Pregúntate:
- ¿Estoy siendo un observador(a) pasivo frente a las decisiones de quienes me rodean o estoy influyendo positivamente en ellas?
- ¿Cómo puedo comunicar mejor mis ideas y opiniones para que sean tomadas en cuenta?
- ¿Qué es aquello que no estoy expresando y está afectando mi sentido de orden?
Haz esto cuando estés abrumado(a)
Esta es una estrategia efectiva para calmarnos es el siguiente proceso que integra los pasos que hemos visto.
La puedes usar cuando te encuentres abrumado:
- Emocional: reconocer tres victorias que sí has logrado en el transcurso del día.
- Estratégico: establecer una prioridad que, de cumplirla, habrá sido un día productivo.
- Funcional: identificar cuánto tiempo te tomará la acción y en qué momento la harás.
- Comunicacional: definir qué es importante comunicar y quién debe saberlo.
Te tomará solo dos minutos hacerlo pero notarás que te ayuda a pasar de la idea de «no tengo tiempo» a «tengo claro qué debo hacer ahora».
Pruébalo cada vez que tengas la oportunidad y será un gusto conocer cómo te ha ido.
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