Hay dos razones por las cuales las personas nos movemos cada día:

1. Temor.
2. Amor.

Movernos por temor, por un lado, significa tomar decisiones buscando alejarnos de aquello que no queremos en nuestra vida.

Movernos por amor, por otro lado, significa tomar decisiones buscando acercarnos a aquello que queremos en nuestra vida.

¿Cuál es la diferencia entre ellas?

Simple, pero fundamental.

Las dos motivaciones detrás de tus decisiones

La primera motivación – el temor – limitará tus oportunidades, frustrará quien realmente eres y te llevará a vivir con ansiedad.

La segunda motivación – el amor – expandirá tus oportunidades, liberará quien eres y te llevará a vivir con entusiasmo.

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¿Cuál es la principal razón detrás de tus decisiones en la vida?

¿Temor o Amor?

…

¿Haces aquello que haces porque quieres acercarte a aquello que es importante para ti?

¿O acaso haces aquello que haces porque le temes a las consecuencias de no hacerlo?

Verás, lo que está sucediendo cuando sientes un conflicto interno frente a una decisión importante en tu vida es lo siguiente:

Tu más grande deseo – aquello que quieres (amas) – está luchando con tu mayor temor.

¿Quién suele ganar en tu vida?

¿En qué sueles pensar más, en qué sueles enfocarte más, qué sueles cultivar más?

¿Lo que quieres en tu vida o lo que temes que suceda en ella?

Yo temo perder la vida:

Temo subirme a un avión y no llegar con vida, temo tener un accidente automovilístico, temo enfermarme gravemente.

¿Pero sabes qué?

Quiero vivir más que temo morir.

Por ello, decido salir de mi casa cada día, viajar al lugar en el que deseo estar y disfrutar del momento en el que me encuentre.

Temo fracasar:

Temo no lograr lo que realmente quiero en la vida, temo equivocarme al tomar decisiones, temo estancarme.

¿Pero sabes qué?

Quiero crecer más que temo fracasar.

Por ello, confío en lo que somos capaces de crear mi equipo y yo, invierto todo de mí en la misión en la que estamos y me enfoco constantemente en el impacto que tendremos en el mundo.

Temo ser herido:

Temo enamorarme, crear una visión hermosa de una relación que termine abruptamente y me desequilibre emocionalmente.

¿Y sabes qué?

Temo ser herido más de lo que quiero una relación (por ahora).

Por ello, me cuesta abrirme emocionalmente, conectar con la parte más vulnerable (y única) de mí y decidir amar completamente.

…

Esta es la vida, amigo(a) mío(a):

Un crecimiento continuo.

No es una imagen falsa de perfección.

Sé amable contigo(a) mismo(a):

La vida es una interacción constante entre aquello que más tememos y aquello que realmente queremos.

Solo encárgate de cultivar cada vez más el amor porque, ¿sabes qué?

Al final de todo – creo yo – el amor siempre gana.