Preocúpate más, preocúpate mejor
«No te pre-ocupes, ocúpate» – nos dicen.
«De acuerdo» – pensamos.
«¿Y cómo hacemos eso?» – nos preguntamos.
Yo digo preocúpate, es imposible no hacerlo.
Preocuparte no es el problema.
De hecho, preocuparte es lo que te permite encontrar la forma de cambiar, solucionar o crear la situación que deseamos.
Preocúpate más, preocúpate mejor
La pregunta es: ¿de qué te estás preocupando?
¿Qué es tan importante, relevante, significativo y transformador como para que tenga el privilegio de estar – aunque sea por un segundo – en tu mente?
Verás, todas las personas nos preocupamos.
Ése es el primer paso para cambiar, solucionar y crear una situación específica.
El problema es que la mayoría de personas se preocupa de situaciones que incluso si llegara a cambiar, solucionar o crear no tendría un impacto significativo en su vida – ni en la de quienes la rodean.
Es, literalmente, como si el dueño de un restaurante se preocupara por el tipo de letra que se utilizará en la carta.
Incluso si él – o ella – luego de horas, días o semanas de investigación, análisis, prueba y error consiguiera identificar el mejor tipo de letra a utilizar, sus ventas no aumentarán, sus clientes no estarán más satisfechos y mucho menos lo recomendarán por ello.
Sí, seguramente el diseño de la carta es un detalle importante, pero es una preocupación que no le corresponde tener al dueño del restaurante; es una preocupación que no merece estar en su mente.
Las preocupaciones que deben estar en su radar mental son pensamientos, dudas y temores como la expansión de la empresa a nuevos mercados, el desarrollo de la diferenciación, el aumento del ticket promedio de consumo y demás decisiones estratégicas.
Este tipo de preocupaciones se han ganado el derecho de pasar minutos, horas, días o semanas en su mente porque cuando encuentre la respuesta correcta su negocio crecerá exponencialmente.
¿Notas la diferencia?
Hay preocupaciones que no merecen pasar ni un segundo en nuestra mente porque simplemente no generan un impacto significativo en nuestra vida o, al menos, no lo hace al nivel que podría.
El reto está en que solemos darle igual importancia a todos los problemas en nuestra vida y entonces pasamos una gran cantidad de horas preocupándonos por cosas de bajo nivel, de bajo alcance – cosas, personas, acciones y/o situaciones que no son dignas de ser recibidas en nuestra mente.
Respeta tu mente, te digo.
No permitas que detalles irrelevantes, de corto plazo o de poco impacto en tu vida entren a ella.
Sácalas de ahí, sácalas rápidamente, no merecen estar ahí, no tienen el derecho – no se lo han ganado.
¿Cómo puedes hacerlo?
Eleva tu nivel de preocupaciones, aquí en este video te muestro cómo:
Al hacerlo, no habrá espacio para preocupaciones irrelevantes, preocupaciones por las cuales la mayoría de personas se preocupa.
Define claramente las preocupaciones que van a estar en tu radar mental, preocupaciones alineadas directamente con el logro de tus resultados.
Elimina aquellas preocupaciones que no tienen un impacto directo en tu crecimiento y delega aquellas preocupaciones que – aunque importantes – no son lo suficientemente relevantes como para estar en tu mente.
Respeta tu mente – te digo nuevamente – valórala y filtra con exigencia las preocupaciones que permites que entren a ella porque, déjame terminar con lo siguiente:
La calidad de tu vida dependerá de la calidad de tus preocupaciones.
Preocúpate más, preocúpate mejor.
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