Técnica Efectiva sobre cómo superar la Procrastinación
Antes de averiguar cómo superar la Procrastinación se debe tener claro, que significa el término. La Procrastinación no es más que la postergación de alguna situación o cosa importante. Esto es algo que a todos nos ha ocurrido en varias oportunidades durante toda la vida. La verdad es que las personas siempre vamos a postergar algo, es una acción que no se puede evitar, pero se puede aprender a controlar y finalmente dejar de hacerlo.
Si uno reflexiona sobre lo que ha postergado últimamente, puede observar que hay una gran diversidad de cosas, que van desde las más pequeñas hasta las más grandes e importantes. Puede ser que alguno piense no tiendo la cama, no organizo mis cosas, no he comenzado el negocio que tanto deseo, no he terminado mis estudios superiores, entre otras cosas.
Ese sería el inicio del cambio, reflexionar sobre lo que hemos postergado. Lo segundo es hablar sobre cómo superarlo, para ello vamos a compartir en esta oportunidad una técnica sencilla pero efectiva. Hay que estar consciente de que la Procrastinación es algo que hemos hecho toda la vida, un ejemplo sencillo de esto es cuando se estaba en la época del colegio y se tenía que estudiar un martes o un miércoles y decían, mejor estudio el sábado todo el día. Llegaba el sábado y decían, mejor estudio el domingo todo el día.
Si no lo hago hoy, lo hago mañana y mejor
Es muy normal entre las personas creer que en el futuro van hacer 10 veces más de lo que han hecho ahora o de lo que no han hecho antes. Por ejemplo, así pasa cuando queremos empezar una dieta, nos decimos “mejor la empiezo el lunes y esta semana me despido de lo que me gusta”, o cuando necesitamos estudiar decimos “mejor lo hago el sábado durante todo el día y durante la semana nos dedicamos hacer otras actividades”.
Los seres humanos estamos acostumbrados a hacernos promesas falsas para el futuro, nos convencemos que vamos hacer 5 o 6 veces de lo que no hemos hecho hasta ahora. Desde el punto de vista psicológico, eso lo hacemos para liberarnos de la culpa de no hacer lo que debemos hacer en ese instante, en ese presente. Para ello nos prometemos que mañana o en futuro inmediato vamos hacer el doble, con lo cual automáticamente nos sentimos mejor. Nos liberamos además de la culpa y llegamos a un estado de tranquilidad porque sabemos que mañana haremos el doble.
Es aquí donde las personas deben aprender a ser honestas consigo mismas, brutalmente honestas consigo mismas. Sobre todo, en el sentido de ver que es lo que realmente va hacer, porque si continúan viviendo prometiéndose el doble, van a vivir un futuro cargado de ilusión y falsedad. En muchas ocasiones nos conseguimos con personas que tienen metas grandes, muy grandes y ambiciosas, sueñan en grande a pesar de las situaciones.
Pero en la mayoría de los casos, este concepto se emplea mal, porque decimos “voy hacer el gran cambio de mi vida, así que debo de disfrutar al máximo este año porque el próximo va a ser diferente” y sabemos que esto no es cierto. Se sabe que lo que no se es capaz de hacer hoy, no va hacerlo mañana ni pasado. Lo primero que tenemos que hacer entender por qué nos prometemos que mañana vamos hacer el doble o el triple de lo que no somos capaces de hacer hoy. Lo segundo es aplicar la técnica “la mitad de mañana hoy”.
Técnica “la mitad de mañana hoy”
Ustedes se preguntarán de que se trata esta técnica, pues es algo bastante sencillo pero efectivo de realizar. Para ello se debe tomar todo lo prometido para mañana, dividirlo entre dos y ese medio que dio como resultado hacerlo hoy. Inclusive si quiere divídalo entre 5, pero haga una parte hoy. Por ejemplo, si dices que mañana o la otra semana vas a dejar de comer arroz hoy deja de comer la mitad de arroz; que, si la próxima semana vas hacer más ejercicio, hoy sal a caminar 15 minutos.
Son en estas pequeñas cosas del día a día, en las que el cambio comienza a generarse en las que tenemos momentos, en las que comenzamos a sentirnos mejor. En la psicología humana, cuando estamos bien, queremos seguir mejor. Pero cuando no estamos bien, no nos importa estar peor. Por eso es que tenemos que asegurarnos de sentirnos bien o de tener días victoriosos.
¿Día victorioso?
El día victorioso es cuando empezamos el día con una pequeña victoria, esta victoria pequeña es cualquier cosa que se haya venido postergando. Esta victoria puede ser algo tan simple como tender la cama. Por ejemplo, despiertas y no quieres tender la cama, pero la tiendes… te vas a sentir bien, siguiendo con ese ánimo comienzas a comer sano que era algo que querías iniciar desde hace tiempo; cómo te sientes estupendamente bien decides enviar ese correo que estabas postergando y así sucesivamente… ese es el inicio de un día victorioso.
Es importante que se inicie el día con una pequeña victoria, que hagamos algo que hemos venido postergando durante un tiempo. no importa cuán pequeña sea la acción ejecutada, lo que importa es obtener la victoria, pues cuando se tiene una victoria se quiere conseguir más de ellas.
Pero es fundamental que solo depende de ti iniciar el día con una victoria y terminar el día con un reconocimiento de dicha victoria. Hoy hice esto y aquello, logré completar esto, realicé esto otro. Es muy importante olvidarse de la idea de la disciplina, son muchas las personas que sufren todos los días pensando “no soy disciplinado” “no soy lo suficientemente disciplinado” “no soy lo suficientemente constante”.
Lo curioso es que todos somos disciplinados en aquello que hacemos en nuestra vida, por ejemplo, si no vas al gimnasio, eres disciplinado en no ir al gimnasio; si no estudias inglés, eres constante en no estudiar inglés; si estudias eres constante en eso; si te organizas y planificas, eres constante planificando.
¿Constante disciplinado?
No se trata de ser constante disciplinado, puesto que tal cosa no existe. Se trata de hacer más seguido cosas que nos ayudan a crecer. Y he aquí algo importante de mantener presente, nunca vamos a llegar a hacerlo todos los días que no los propongamos. No importa cuánto se lo proponga, no va hacerlo todos los días. Si usted quiere cambiar tal habito, quiere organizarse, quiere planificarse, no lo va hacer todos los días.
El problema con no comprender y asimilar esto es lo siguiente, se tiene un primer día victorioso, un segundo, tercero, pero en el cuarto no haces nada, ya no lo haces, lo dejaste de hacer, lo postergaste. En verdad el problema no es que lo postergaste en el cuarto día, el problema es que el quinto día te despiertas y dices, “ya para que, hice otra vez lo mismo” “volví a lo mismo, tampoco lo hago hoy día”.
Eso es lo que realmente es el problema, que te sientas mal por no hacerlo ese día y tan mal como para no tener ganas de volver hacerlo. Es posible que pase un mes, dos meses hasta que de nuevo te motivas, te digas “ahora si lo voy hacer”, lo haces 2,3,4 veces lo puedes hacer un año y cuando lo dejas de hacer, te vuelves a repetir “hice otra vez lo mismo” “volví a lo mismo”.
Es importantísimo internalizar que las cosas no funcionan así, no existe tal rigidez en el cambio ni en el éxito. A muchas personas les gusta la idea del nuevo comienzo, les encanta la idea de tomar grandes decisiones. Decisiones importantes en su vida que pronto va a cambiar las cosas por completo. Desde muy jóvenes nos han vendido esa idea, pero lo cierto es que nada cambia por completo en un instante.
Este es un proceso muy sutil que se va logrando día a día, con pequeñas cosas. No es un cambio abrupto de la noche a la mañana. Los grandes cambios no suceden a diario durante diez años, sino que se hacen 4 veces bien, o un día no lo hiciste bien, pero al otro día lo hiciste excelente. Hay que olvidarse de la idea que se tiene que bien las cosas los siete días de las semanas, las 24 horas del día.
En vez de perder el tiempo mortificándose en hacer todo bien, todas las semanas, es mejor enfocarse en que cada día quiere hacerlo mejor. Si lo hace el lunes, perfecto, si lo hace el martes perfecto; si no lo hace el miércoles, perfecto; lo hace el jueves y si no lo hace el jueves perfecto, lo hace el viernes.
Hay que evitar caer en la idea de cómo no lo hizo tal día, ya queda para empezar la próxima semana. Se deben de ir olvidando de esa falsa idea del nuevo comienzo, lo ideal es hacer cada día cosas que les permitan crecer y lograr lo que quieren, deben poner en practica la técnica de la mitad de mañana hoy.
Cuando lo hagas vas a comenzar a ver esa victoria, que te va a llevar a la otra y es ahí donde empiezas a crecer. Porque no postergamos acciones, postergamos emociones, la emoción que siempre postergamos es la incomodidad. Cuando nos sentimos incómodos haciendo algo, es cuando en realidad estamos creciendo.
Recuerda…
Es un proceso muy sutil que se va logrando día a día, con pequeñas cosas…
Nelson Portugal, Consultor de Desarrollo Personal
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