Todos en algún momento de la vida hemos sentido estrés, hemos sentido que todo se nos viene encima y nos acorrala. Esto no es lo malo o negativo, el problema radica que todos nosotros o la gran mayoría esperamos que el problema se resuelva para poder sentirnos tranquilo. Y según esta actitud ante la vida, la etapa de tranquilidad dependerá de cuán rápido o lento se resuelva la situación.

De hecho, hay algunos casos en que la tranquilidad se aleja porque el estrés toma el control y la situación no se resuelve de manera efectiva ni eficaz. Lo curioso es que si tenemos tranquilidad podemos resolver más rápidamente el problema. Si estando bajo una situación estresante, logramos llegar a un estado tranquilo, más expeditamente podemos llegar a la solución adecuada para nuestro problema. Entonces debemos preguntarnos…

 ¿Cómo nos podemos quitar el estrés rápido?

En realidad, es algo bastante sencillo pero muy efectivo, es una herramienta muy sencilla que todos podemos emplear en cualquier situación, donde veamos que el estrés comienza a apoderarse de nosotros y vemos que la tranquilidad se va alejando. Esta herramienta es muy fácil de aplicar, para ello debemos estar preferiblemente sentados cómodamente.

Nos colocamos cómodamente en la silla, colocamos la espalda recta (si la silla tiene espaldar, nos apoyamos de él para conseguir la posición adecuada), miramos al frente y colocamos las manos sobre las piernas (cada palma debe tocar la zona de cada muslo, cerca de las rodillas). Luego tomamos un par de respiraciones, inhalamos con profundidad y exhalamos con lentitud, después bajamos los hombros, pero conservamos la espalda recta.

Es importante mantener la vista al frente, la espalda recta y los hombros hacia abajo, y comienza a reconocer lo que siente tu cuerpo. Veras que no siente estrés, sino una sensación de paz, de tranquilidad. Usted se preguntará…

 ¿Por qué pasa esto?

Eso ocurre porque el cuerpo es capaz de adoptar posiciones que sirven de bloqueo para ciertas emociones, estas pueden ser positivas o negativas. No recuerda haber escuchado alguna vez que, si se mantienen los brazos cruzados a la altura del pecho, se bloquea las energías y las emociones, que es una forma de crear una barrera.

Pues lo mismo ocurre cuando estamos sentados, con la espalda recta, las manos en las piernas y los hombros bajos, lo único que queda bloqueado es el estrés. En esta posición logramos mantener el estrés a raya y así poder ver la situación que nos lo causaba con otra perspectiva.

De ahora en adelante cuando usted sienta que el estrés se va apoderando de su ser, de su psique, de su razonamiento, tómese un par de minutos para tomar la posición indicada y calmarse.

 ¿Solo podemos adoptar la posición si estamos sentados?

No, estando de pie también se puede mantener una posición “bloqueadora de estrés”, para ello solo se debe separar las piernas y colocar los pies perpendiculares a los hombros, colocar la espalda recta, mirar al frente y las palmas de las manos a los lados del cuerpo, inhalar y exhalar un par de veces y luego bajar los hombros.

No importa si usted está sentado o de pie, lo importante es mantener la espalda recta y bajar los hombros, ese es el punto clave de la posición. Cada vez que usted se posiciones de esta manera, verá como su estado emocional cambia. Como comienza a ver las cosas con mayor claridad (gracias a la tranquilidad lograda) y puede tomar decisiones más asertivas y realmente idóneas. Con lo cual podrá solucionar de forma más eficiente el problema o situación que le produce estrés y que en algún momento comenzó a agobiarlo.

¿Por cuánto tiempo debo realizar este ejercicio?

Verá que con tan solo 15 segundos usted cambiará su estado de ánimo y emocional, pasará de un estado negativo y oscuro a uno positivo y luminoso. Ya no tendrá que lidiar con las consecuencias (enfermedades y malestar corporal) del estrés, si se toma su momento para hacer este sencillo ejercicio que no le costará mucho esfuerzo, pero que le traerá grandes beneficios.

Hay que recordar que cuando se está estresado las personas suelen perderse de muchas oportunidades y pueden hacer o decir cosas que no desean. Pues permiten que el estrés se apodere de su ser y lleve las emociones a niveles muy altos. Y no actúan para solventar su situación problemática y mantienen la tranquilidad alejada de ellos. Dejan de pensar con claridad, dejando la tranquilidad y calma a un lado, cuando ellas son sus mejores aliados para solucionar el problema con mayor rapidez.

Cuando sentimos tranquilidad, es cuando somos más capaces de resolver el problema, podemos ser más asertivos y conseguir todas las metas que nos propongamos. Se logrará avanzar más rápidamente en lo que trabajamos o llegaremos a cumplir a ese sueño o deseo que tanto anhelamos en menos tiempo del que imaginábamos.

¿Qué pasa si no me puedo quitar el estrés?

Si se no se aprende a dominar el estrés o no se aprende a salir de él con rapidez, la vida será innecesariamente más complicada y atribulada. Sentiremos que nos ahogamos y que no podemos salir de ese “hoyo negro” que nos aprisiona y no nos deja avanzar. Si nos tomamos 15 segundos para aplicar la técnica, veremos cómo nuestra vida cambia.

Ya no es necesario aprender a vivir con el estrés, como muchos dicen. Ahora es necesario aprender a distinguir las situaciones que nos generan estrés y tomarnos unos segundos para respirar, aplicar la técnica y cambiar de perspectiva. Si la técnica la repetimos cada vez con mayor frecuencia, ella se nos volverá un hábito y podremos mantener una vida más relajada y transmitiremos a los demás esa tranquilidad que tanta falta hace en estos días, donde todos viven de manera acelerada y con el estrés como compañero inseparable.

¿Todos pueden practicar o aplicar esta técnica?

Es necesario que todos pongamos en práctica esta sencilla pero efectiva técnica, volvámonos agentes multiplicadores del conocimiento y compartamos con los demás los beneficios de tomarse para sí 15 segundos. Enseñemos a otros que andan estresados, como dejar ese estado emocional atrás y que se adueñen de la tranquilidad y asertividad. Para lograr solucionar los problemas sin que se vean afectados ni afecten a los demás con ellos.

Recuerda…

Cuando sentimos tranquilidad, es cuando somos más capaces de resolver el problema…