¿Por qué procrastinamos y cómo dejar de hacerlo?

¿Por qué procrastinamos y cómo dejar de hacerlo?
     

¿Qué y por qué procrastinamos? Hace unas semanas hice una encuesta para conocer cuáles son las actividades que más procrastinamos las personas.

Como imaginarás, la lista es bastante extensa; sin embargo, noté que puede ser organizada en cuatro categorías principales: salud, estudios, proyectos personales y trabajo.

Veamos cada una de ellas:

Salud

  • Levantarse temprano
  • Hacer ejercicios
  • Practicar deporte
  • Citas médicas
  • Hábitos alimenticios saludables

Estudios

  • La lectura
  • Estudiar inglés
  • Sacar el título
  • La tesis de maestría
  • El doctorado

Proyectos personales

  • Emprender nuestro negocio
  • Practicar nuestros hobbies
  • Tiempo para la familia
  • Nuestros planes a futuro
  • Hacer arreglos en casa

Trabajo

  • Presentaciones comerciales
  • Negociar un aumento
  • Actividades tediosas
  • Planificar estratégicamente
  • Dar feedback a nuestro equipo

Durante las últimas semanas he compartido contigo algunas de las causas de por qué procrastinamos, hoy me gustaría contarte una más – una razón más:

¿Por qué procrastinamos?

Establecer condiciones que dificultan la ejecución de una actividad.

Permíteme explicarte este concepto en mayor detalle con algo que me sucedió hace, literalmente, menos de un minuto.

Mientras redactaba este artículo estuve a punto de cerrar la venta y dejar de escribirlo; pensaba dejarlo para después.

¿Por qué?

Porque que mi mente me llevó a pensar que no lo estaba haciendo bien.

Específicamente, aparecieron estos pensamientos: «no se va a entender lo que quieres decir» y «mejor otro día siéntate y hazlo bien».

Dicho de otra manera, sin darme cuenta, empezaba a establecer condiciones difíciles de cumplir – como por ejemplo:

  • Que las ideas salgan de mi mente ya ordenadas
  • Que lo que escriba sea perfecto
  • Que tenga más tiempo para poder «hacerlo mejor»

Si permitía que estas condiciones se mantengan, entonces es muy probable que no publicara este artículo que estás leyendo ahora.

Por esa razón, cuando aparecieron esos pensamientos en mi mente me dije a mí mismo «solo debo enfocarme en escribir, incluso si no son ideas claras al comienzo, conforme lo redacte podré mejorarlo».

Solo así pude liberar la presión que estaba evitando que escriba estas líneas.

Lo interesante es que hacemos esto, de manera inconsciente, en diferentes ámbitos de nuestra vida.

Cuando queremos empezar a hacer deporte, por ejemplo, decimos: «mañana temprano saldré a correr durante una hora«.

Pareciera ser una frase «inocente», sin ningún perjuicio. Sin embargo, me gustaría que reflexionaras sobre la siguiente pregunta.

¿Identificas cuántas condiciones están establecidas en solo esa frase?

De forma explícita, podemos encontrar – al menos – cuatro:

  • ¿Qué? – «Correr»
  • ¿Cuándo? – «Mañana temprano»
  • ¿Dónde? – «Saldré»
  • ¿Cuánto? – «Durante una hora»

Cada condición eleva la probabilidad de que no realices la actividad.

Analicemos cada una de ellas para descubrir por qué:

«Correr»

  • ¿Disfrutas de correr?
  • ¿Cuentas con las zapatillas necesarias?
  • ¿Tienes la ropa adecuada para correr en el clima actual?

«Temprano»

  • ¿Sueles dormir temprano?
  • ¿Tienes ya formado el hábito de despertarte temprano?
  • ¿Hay responsabilidades que debes cumplir en ese horario?

«Saldré»

  • ¿Tienes la ropa lista para poder salir?
  • ¿Sabes a dónde saldrás, específicamente?
  • ¿Has decidido la ruta que tomarás?

«Durante una hora»

  • ¿Te mantienes entretenido durante una hora?
  • ¿Cuentas con el físico necesario?
  • ¿Dispones del tiempo?

Para quien ya tiene el hábito de salir a correr temprano por las mañanas, probablemente la respuesta sea «sí» a todas las preguntas.

Sin embargo, ¿qué sucede cuando es algo que estamos haciendo por primera vez, estamos retomando el hábito o simplemente nos cuesta hacerlo?

En esos casos, cada condición adicional que establezcamos reducirá la probabilidad que realicemos la actividad.

De hecho, basta que la respuesta sea «no» en solo una de las dieciséis para que no logremos ejecutar la tarea.

¿Cómo dejar de procrastinar?

Por esa razón, lo mejor que podemos hacer al intentar realizar una tarea o proyecto – ya sea el deporte, la maestría, nuestro emprendimiento o los arreglos en casa – es reducir las condiciones al menor número posible.

En este ejemplo en particular, ¿cómo eliminarías algunas condiciones de esta frase: «mañana temprano saldré a correr durante una hora»?

Tómate algunos segundos para reflexionar al respecto.

¿Ya lo tienes?

Permíteme plantear algunas opciones:

  • Nivel 1: «Mañana, a la hora que me despierte caminaré durante un minuto seguido en mi cuarto»
  • Nivel 2: «Después del almuerzo, subiré y bajaré las escaleras tres veces. Si me siento cansado(a), lo haré solo una vez.»
  • Nivel 3: «Si me despierto temprano, saldré a correr durante quince minutos. Si despierto tarde, después del almuerzo saldré a caminar durante veinte minutos».

¿Qué diferencias notas entre estas opciones y la frase «mañana saldré a correr durante una hora»?

Podrían parecer cambios sutiles, sin embargo, la diferencia fundamental está en que estas nuevas opciones requiere cumplir menos condiciones para empezar – lo cual evita que caigamos en el perfeccionismo.

Y es que es sencillo pensar «caminar un minuto es muy poco», «correr quince minutos no hará la diferencia»; pero – si reflexionamos al respecto – estos pensamientos provienen del temor a no ser suficientes.

Una vez que reconocemos que está bien empezar por algo pequeño, incompleto e imperfecto; entonces nos libramos de la presión que nos ponemos a nosotros(as) mismos.

Al hacerlo, tenemos más claro por qué procrastinamos, abrimos la posibilidad de hacer aquello que queremos hacer, para lograr lo que deseamos lograr.


Nelson Portugal

Nelson Portugal es Consultor en desarrollo personal, fundador del Centro de Crecimiento Integral y autor del libro El Círculo de Crecimiento. Se ha especializado en el diseño de programas formativos dirigidos a jefes y gerentes. Ha sido profesor universitario de la carrera de psicología. Actualmente asesora a empresarios a crecer sus negocios a la vez que disfrutan más de la vida.
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